Usar las brochas de maquillaje adecuadas puede hacer que tu apariencia sea decente a impecable con solo deslizar una brocha.El uso de brochas, a diferencia de la aplicación con los dedos, reduce la propagación de bacterias, ayuda a que la base se aplique sin problemas y evita el desperdicio de productos.

Si bien los pinceles correctos pueden marcar una gran diferencia en tu apariencia, cometer errores con ellos también puede hacerlo.Consulta nuestra guía de errores comunes de las brochas de maquillaje (¡y cómo solucionarlos!).

Error #1: No usar pinceles de calidad
Con lo caro que puede ser el maquillaje, sabemos que es tentador escatimar en brochas de maquillaje.¿Cuánta diferencia puede hacer, verdad?
Desafortunadamente, ¡puede hacer una gran diferencia!Si está agarrando un cepillo viejo del estante, es posible que obtenga uno que raye y se desprenda.Asegúrate de elegir una marca de calidad.Afortunadamente, esto no tiene por qué significar una locura cara.

Algo a considerar cuando intentas determinar la calidad de un cepillo es el tipo de cerdas.Aquí hay un resumen rápido de cada uno:
●Cerdas naturales: las cerdas naturales son más caras, pero también tienden a retener mejor el color y crean una apariencia más natural.Desafortunadamente, conservan mejor el color debido a las pequeñas grietas en las cerdas causadas por las cutículas.¿Traducción?¡Son un dolor para limpiar!Esas grietas también los hacen más propensos a albergar bacterias.Al igual que el cabello humano, las cerdas naturales también tienden a volverse quebradizas con el tiempo.
●Cerdas sintéticas: por las razones enumeradas anteriormente, tendemos a preferir las brochas de maquillaje sintéticas.¡Son más económicos, duran más, son fáciles de limpiar y aun así hacen un trabajo fabuloso!

Error #2: Usar el cepillo incorrecto
Muchos pinceles están diseñados para realizar múltiples tareas, pero no debes usar el pincel para sombras para rellenar las cejas.Aquí es donde ocurren muchos errores.
Asegúrese de estar usando el cepillo adecuado para el trabajo.Sigue esta guía para conocer los pinceles básicos que necesitarás:
●Blending Brush: Imprescindible para crear el ojo ahumado perfecto.Este pincel combina el color del pliegue para suavizar las líneas.
●Brocha para rubor: para la aplicación del rubor, necesita una brocha grande, esponjosa pero densa.Usa este para aplicar (¡ligeramente!) rubor en las manzanas de tus mejillas.
●Brocha para corrector: Firme pero flexible, es perfecta para ocultar las ojeras y las imperfecciones
●Brocha delineadora: pequeña y en ángulo, esta brocha te brinda la precisión para crear el ojo de gato perfecto.
●Brocha para base: esta debe tener forma de cúpula y cerdas densas para una cobertura suave y uniforme.
●Brocha para polvos: Esencial para la aplicación final de polvos, esta brocha debe ser grande y esponjosa con cerdas densas.

Error #3: Usar demasiada presión
Este es un error común, especialmente con el rubor.Recuerda que cuando aplicas rubor, quieres lucir sonrojado, no como si acabaras de correr un maratón con un clima de 100 grados.Para evitar esto último, asegúrate de aplicar una presión muy ligera.Bastará con un ligero barrido en las mejillas.

Usar demasiada presión en otro lugar también puede resultar en una apariencia de payaso.Use una presión media, no tan ligera que apenas pueda ver el color, pero no tan fuerte que se exceda.

Error #4: Limpieza Incorrecta
Existe cierto debate sobre la frecuencia con la que se deben limpiar las brochas de maquillaje, ¡pero todos podemos estar de acuerdo en que debe suceder!Este es un paso que con demasiada frecuencia se queda en el camino.

La frecuencia con la que limpias tus pinceles depende de la frecuencia con la que los uses.Si los usa todos los días, una limpieza semanal podría ser una buena idea.El uso menos frecuente puede necesitar una limpieza cada dos semanas, o tal vez incluso una vez al mes.En última instancia, cuidar tus pinceles solo puede beneficiarte.Dará como resultado una menor propagación de bacterias, cepillos más duraderos y una mejor aplicación de maquillaje.

Para limpiar correctamente tus brochas, necesitarás un jabón suave, como un champú para bebés (o un limpiador profesional si estás haciendo una limpieza profunda) y agua tibia.En un tazón pequeño, mezcle el jabón con el agua tibia y mueva un poco las brochas.

Deje las brochas en remojo durante unos 10 segundos, teniendo cuidado de mantener el agua lejos de donde el mango se une con las cerdas.Si no lo hace, el agua aflojará el pegamento con el tiempo, lo que provocará que se desprenda más o que todo se caiga.

Frote suavemente las brochas con los dedos, eliminando toda la acumulación de producto.Enjuague con agua fría, exprima ligeramente el exceso y seque con las cerdas hacia abajo.Si los secas de la otra manera, se romperá el pegamento.

Mucha gente se detiene aquí, ¡pero aún no hemos terminado!Recuerda los mangos.Idealmente, después de cada uso, pero al menos una vez a la semana, use alcohol isopropílico o una toallita antibacteriana para limpiar los mangos de los cepillos.

Error #5: almacenamiento inadecuado
Una vez que las brochas estén limpias y secas, es importante guardarlas correctamente.Una brocha para rubor que se rompió en un bolsillo con cremallera no hará su trabajo muy bien.Guarda tus brochas en posición vertical, con las cerdas hacia arriba, para que no se rompan.No tiene que ser elegante, ¡un lindo portalápices servirá!

Tus brochas de maquillaje hacen mucho por ti: ¡asegúrate de devolverte el favor con un poco de TLC!No lleva mucho tiempo, solo un lavado rápido aquí y allá y tus brochas se mantendrán fuertes y te darán el aspecto que amas.